jueves, 15 de enero de 2009

EL LOCO 2 / " Tapiado "

2/ TAPIADO



… Hace un rato, me dicen, me atraganté con un hueso de pollo, lo cual fue un escándalo. Tuve suerte, ya que los fantasmas blancos que me persiguen me salvaron de lo que al parecer era una muerte segura. Entonces, creo, allí, en el umbral de la muerte me hice una última pregunta que necesitaba ser respondida antes de ser comido por los gusanos: ¿Por qué la gran mayoría de la población mundial -excepto en Pinamar- considera a los aficionados al paddle como unos auténticos pelotudos? Pregunta esta harto difícil de responder, ya que aún desconozco si dicha sentencia es hija de prejuicios injustificados o de evidencias irrefutables. Si me dejo llevar por los prejuicios injustificados, diré que sí, que a mi también el paddle me parece al menos un juego boludo, aunque no sé bien por qué, y sus aficionados, excelsos militantes de dicha condición que bien ganados tienen el título de pelotudos –también se les dice otarios, giles, botones, salames, en incluso putitos- . Si me dejara llevar en cambio por las evidencias irrefutables también diría que sí, que considero a esta sub-especie paddlistica como pelotuda. Diría que me parece un juego insípido, un hijo discapacitado del tenis, un invento de los nuevos ricos de los años noventa: esos gorditos pelados y acorbatados que para no pasar por ruinas en una cancha de tenis, achicaron la cancha y le pusieron una pared para que la pelota no se fuera lejos... Entonces volví a caminar por las trochas que ya conocemos y llegué a una conclusión: “Si a cada mundo en el que nos toca ser libres le redujéramos los horizontes y lo tapiáramos para que las utopías no volasen, seríamos los que somos ahora: un bastión del egoísmo, un coctel de huesos y carne que pugna por autodestruirse… Los fantasmas blancos me llama con un silbato: es la hora del prozac. Me gustaría seguir malescribiendo, pero me temo que no podrá ser… Para despedirme quiero decir que si existió Treblinka, como seres humanos deberíamos pedir perdón a Natura por haber desvirtuado su belleza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me sorprende que conozcas a mis compañeros de oficina y a la manga de idiotas que debo atender, se aparean y se siguen multiplicando los muy desgraciados. Brindemos por el Prozac y agreguemos un Valium para pasar el día!
Bienvenido...